Irrigadores dentales: tipos y utilidades
Con la finalidad de mantener la boca lo más limpia y sana posible, cada vez más, se utilizan irrigadores dentales.
Aparatos que producen un chorro de agua a presión y que nos ayudan a eliminar restos y bacterias entre los dientes.
Cuando deben utilizarse
Se puede utilizar en casi todos los casos, pero es muy recomendable cuando queremos extremar la limpieza, en casos de tener una ortodoncia, brackets, o retenedores, por ejemplo.
Hoy en día encontramos en el mercado muchos tipos de irrigadores con muchas funcionalidades y utilidades que, muchas veces, van más allá que la de eliminar los restos de comida y las placas de bacterias que no desaparecen con una limpieza con cepillo. Por eso, antes de hacerte con uno, sería conveniente que lo consultaras con tu dentista.
Algunos tipos de irrigadores
- Irrigadores de sobremesa, los más habituales y que funcionan con electricidad. Son los que ofrecen mejores resultados. Los hay simples y otros que llevan incluidos el cepillo dental eléctrico.
- Irrigadores portátiles, con batería recargables, por lo que son útiles para los viajes. Son mucho más pequeños.
- Irrigador dental de grifo sin motor. Estos van conectado directamente al grifo, no llevan motor y, posiblemente, son los menos conocidos.
Recomendaciones para una correcta utilización
- Te recomendamos que la primera vez que los utilices tengas cuidado, para ajustar la potencia del chorro de agua a tu gusto, para que limpie, pero no haga daño, ni dejes todo el baño perdido.
- Con usarlo una vez al día es suficiente.
- Te recomendamos que lo hagas después de cenar y antes de acostarte, para dejar la boca lo más limpia posible durante toda la noche.
- Si tras el uso de irrigador, utilizamos un colutorio bucal, sería estupendo, ya que la higiene sería mucho más completa.